La gratitud.

Pablo escribió a los Tesaloninces en la primera pístola en el capítulo 5 y verso 18: "Dad GRACIAS en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús".

La "gratitud" es una virtud que significa "dar las gracias". Y Pablo nos dice que cada vez que recibamos algo, demos las gracias. Es importante para los hombres, porque cuando uno da las gracias, la otra persona queda invitada a volver a darnos algo otra vez. Cuando alguien no da las gracias, lastima al que le regala algo, y ese alguien piensa en ya no volver a regalarnos nada.

Y, para Dios es importante que le demos las gracias porque él es el que no dió la vida, nos dió una familia, nos cuida, nos protege, él es quien le da un trabajo a nuestro padre, y es él, el que permite que tengamos una mamá que nos cuide. Nunca dejemos de darle las gracias al hombre, pero especialmente, nunca dejémos de dárselas a Dios.

Y Dios los creó varón y hembra.

"Y creó Dios al hombre a su imagen y semejanza, a imagen de Dios los creó; varón y hembra" (Génesis 1:27).

La ciencia dice que un día, por casualidad, aparecieron el hombre y la mujer sobre la tierra, pero eso es una gran MENTIRA. Pues fue Dios quien creó al hombre y a la mujer. La prueba de que no fue por casualidad, es el hecho de que las casualidades se repiten, y la casualidad de que otro hombre y otra mujer hayan aparecido por otro lado, y de repente no se ha repetido.

Y dice que los hizo a su imagen y semejanza, pues Dios es fuerte y protector como el hombre; y es tierno y amoroso como la mujer. Por eso dice que a su imagen y semejanza, NO porque él sea hombre y mujer al mismo tiempo. Dios sólo creo hombres y mujeres, no hay un tercer sexo.

¿Quién es Jesús?

Jesús, es el nombre que Dios le dió a su hijo cuando éste se hizo carne, o sea, cuando nació de María. Su nombre significa: Salvador (Mateo 1:21). Porque él se convertiría en el Cristo, en el Mesías de Dios que había de morir en la cruz para perdón de los pecados (Juan 1:29-34).

En otras palabras, Jesús era un hombre común y corriente como cualquiera de nosotros, tenía hambre, tenía sed, se cansaba, hablaba y caminaba como todos nosotros. Pero, cuando se convierte en Cristo, el día de su bautizo, entonces al estar lleno del Espíritu Santo, ya tenía poderes. Y por eso vemos que Jesús nunca hizo un milagro, pero Cristo sí. La diferencia la hacía el poder del Espíritu Santo dentro de él.

Estad siempre gozosos.

Pablo cuando está terminando su primera carta a los Tesalonicenses les dice: "Estad siempre gozosos". 1era. de Tesalonicenses 5:16.

La gente que no tiene a Jesús en su corazón, cree que estar siempre gozosos es participar en fiestas en donde hay música, bailes, cigarros, licor. Pero esas fiestas sólo le causan problemas a las personas, pues el cigarro y el licor pueden llegar hasta a matar a las personas con enfermedades graves o accidentes.

El verdadero gozo viene de tener una fiesta continua caminando con Jesús, pues él nos enseña a caminar sin mentiras, sin engaños, sin tener necesidad de tomar licor para estar contentos, nos enseña a tener amigos verdaderos. Y es una fiesta en la que siempre estamos con la familia. Las fiestas en donde la familia no puede estar junta, no son fiestas que le agraden a Dios.

¿Por qué sacó Dios a Adán y Eva del Edén?

"Y Jehová, Dios, hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer, también el árbol de la vida, y el árbol de la ciencia del bien y del mal, y prohibió al hombre comer del árbol de la ciencia bien y del mal" (Génesis 2:9 y 17).

Cuando Dios puso a Adán y a Eva sobre el Edén, les dió permiso de hacer de todo, menos comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Pero ellos desobedecieron y lo comieron, entonces Dios les sacó del Edén, para que no comieran también del árbol de la vida, pues entonces vivirían eternamente.

Y, Dios, en su grande amor por el hombre no quiso que Adán y Eva y todos nosotros como sus descendientes, viviéramos eternamente en pecado, pues la desobediencia había sido un pecado grave. Por eso los sacó del Edén, para cuidarlos a ellos y cuidarnos a nosotros, para que al caminar con él, el pecado fuera borrado y entonces sí darnos vida eterna.

Dentro del Arca de Noé, había de toda clase de animalitos.

"De los animales limpios, de las aves y de todo animal que se arrastre sobre la tierra, mételos al Arca de dos en dos" le dijo Dios a Noé" (Génesis 7:8-9).

Cuando pensamos en lo linda, grande y segura que era el Arca de Noé, nos emocionamos y hasta quisíeramos haber estado allí adentro. Pensamos que qué lindo fue para Noé convivir con leones, tigres, elefantes, jirafas, tortugas, etc. allí adentro por cerca de un año.

Pero no pensamos que al estar tan encerrada el Arca, el aire no olía muy bien. Puesto que los animales hacían sus necesidades allí y con los días apestaba. El Arca es una figura de nuestra relación con Dios, y los malos olores son una figura de todo aquello que no nos gusta en éste mundo, pero que tenemos que soportar, como lo hizo Noé hasta llegar a tierra segura.

¿Qué les pasa a los justos?

"Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a tí te he visto justo delante de mí en ésta generación" (Génesis 7:1).

Estas fueron palabras que Dios mismo le dijo a Noé cuando iba a destruir el mundo por medio de un Diluvio. Y, cuando empezó a llover por cuarenta días y cuarenta noches, el arca flotó y todo el mundo se ahogó, menos Noé con toda su familia.

Dios vió justo a Noé delante de sus ojos, porque Noé lo buscaba todos los días para orar con él, trataba de ser bueno, no decía mentiras, no le robaba a nadie nada, amaba a su familia, trabajaba duro, y cuidaba a su familia. Eso es lo que debemos nosotros hacer para que Dios nos mire como justos, así como vió a Noé.

Hagamos tesoros en el cielo.

"No os hagáis tesoros en la tierra en donde la polilla y el orín (óxido) corrompen, y donde los ladrones nos roban" (Mateo 6:19).

Todos queremos tener nuestros tesoros guardados, el carrito que más queremos, la muñeca más bonita, nuestra bici, etc. pero todo eso, si un ladrón se mete a la casa cuando no estamos se lo puede robar. Esos son los tesoros en la tierra.

Pero cuando pensamos en Dios todos los días; cuando oramos con él; cuando le regalamos a un niño pobre un juguete que ya no usamos, o ropita que ya no nos queda; o cuando le regalamos comida a una persona enferma, pobre o necesitada, entonces estamos haciendo tesoros en el cielo, y esos tesoros los tendremos esperándonos para cuando lleguemos allá, pues allí no hay ladrones.

Jesús también era profeta.

Cuando se iba a ceñebrar la última Pascua durante la vida de Jesús, vino Jesús y les dijo a dos de sus discípulos: "Vayan a la ciudad, y encontrarán un pollino (un burrito), traédmelo, y si alguien les pregunta por qué, respondan: El Maestro lo necesita y pronto lo devolverá" (Lucas 19:28-30).

Los discípulos "obedecieron" a Jesús y cuando entraron en la ciudad, encontraron el burrito como él les dijo; y una persona les preguntó que para qué lo querían, como él les dijo; y ellos respondieron que el Maestro lo necesitaba y que luego lo devolvería, como él les dijo.

Un profeta de Dios, o, un profeta verdadero es aquél que cuando dice algo en el nombre de Dios, eso que él dice, se cumple. Por eso decimos que Jesús era profeta de Dios.

El resultado de ser responsable.

Dice el libro de Proverbios lo siguiente: "El que recoge en el verano es hombre entendido" (Proverbios 10:5).

¿Qué significan esas palabras? Bueno, primero debemos entender que las siembras y las cosechas se hacen en el verano, pues si lo hacemos en el invierno se pudren por tanta agua. Y, antes de que inicie el invierno se recogen los frutos, y se guardan para tener comida todo el año.

Así tenemos que hacer en lo espiritual, cuando oramos o leemos la biblia y Dios nos da algo como una palabra o una señal, tenemos que guardarla, o sea, no olvidarla sino estarla recordando para poder recibir el fruto de esa palabra o de esa señal.

La obediencia

Pablo dijo en el libro de Efesios capítulo 6 y verso 1: "Hijos, obedeced a vuestros padres porque esto es bueno".

Las personas que quieren y que buscan lo mejor para los niños son los padres, por eso es que los niños que no tienen padres sufren mucho, porque no hay quien les enseñe cómo vivir la vida. Los niños y niñas que tiene el privilegio o regalo de Dios de tener un padre y una madre que los quieran y que los enseñen, deben de ser obedientes a lo que ellos les dicen, para aprender a vivir bien y para agradar a Dios.

Cuando obedecemos a nuestros padres, es como decirle a Dios y a Jesús: GRACIAS PORQUE ME DISTE UNA FAMILIA QUE ME QUIERE Y ME CUIDA.

No menospreciemos a nadie.

Dice la escritura en Lucas capítulo 18 y versos 9-14, que dos personas subieron al altar del templo a orar, pero uno se sentía superior al otro porque oraba, ayunaba, no decía mentiras, ni era ladrón. Y el otro, solamente se paró frente al altar y no se atrevía ni siquiera a levantar sus ojos por temor y respeto a Dios, sabiendo que había pecado.

Jesús les dijo a sus amigos, me agrada más el que bajó los ojos porque fue humilde.

La lección que nos deja ésta escritura es que: Nosotros sólo porque amamos y seguimos a Dios no debemos sentirnos MEJORES que los demás, sino tener misericordia de ellos para que algún día, ellos también conozcan a Dios.

La parábola del sembrador.

En el libro de San Lucas en el capítulo 8 y verso 5 se nos dice: "Y la SEMILLA es la Palabra de Dios".

En la parábola del sembrador se nos dice que un sembrador llegó y sembró semilla y ésta calló en varios lugares, a un lado del camino, otra sobre piedras, otra entre los espinos, pero solamente una parte calló sobre tierra buena y fértil.

Y se nos dice que la semilla es la Palabra de Dios, esto nos enseña que cuando recibimos la Palabra de Dios y la llegamos a amar y a practicar somos tierra buena, y agradable al sembrador, es decir a Dios. Pues Dios es el sembrador.

Esclavos del pecado.

Pablo dijo: No os hagáis esclavos del pecado. (Romanos 6:20).

Cuando un niño o una niña llegan a ser mayores y aprenden a hacer actos que no son buenos, como tomar licor, fumar un cigarro, decir malas palabras, decir mentiras, engañar a sus papás o la demás gente, etc. les es muy difícil dejar de hacerlo.

Esa lucha constante que mantienen por dejar de hacerlo, es lo que Pablo dice que es una "esclavitud". Los niños y las niñas de Dios no deben aprender a hacer esos actos, para no llegar a ser esclavos del pecado.

Honrarás el rostro del anciano.

"Honrarás el rostro del anciano y de tu Dios tendrás temor" (Levítico 19:32).

Estas son palabras que Dios le dió a su pueblo, especialmente para que los niños respeten a sus mayores. Si hoy, los niños no aprenden a hablar con respeto de los ancianitos, cuando ellos sean ancianitos nadie hablará con respeto de ellos.

A Dios lo agradamos cuando respetamos y tratamos bien a un anciano, pues él mismo es un anciano de días dice la escritura. Es más, si no respetamos a los ancianitos ofendemos a Dios.

¿Quién no hace cálculos primero?

¿Quién de vosotros, queriendo construir una torre, no se sienta primero, y calcula los gastos, para ver si la puede terminar, para que luego, si no la termina se rían o se burlen de él ? (Lucas 14:28-29).

¿Qué significan éstas palabras?
Pues simplemente que desde niños debemos aprender a que cuando uno hace un plan o tiene una idea para trabajar en algo, debe medir el tiempo que le llevará, el esfuerzo que tendrá que hacer, y el dinero que necesitará para empezar y terminar la idea o el plan.

Cuando uno inicia algo y no lo termina, no es ejemplo para nadie. Y, para ser ejemplo para nuestros hijos mañana, debemos aprender hoy a iniciar y terminar algo.

Dios aborrece la mentira.

En el libro de proverbios dice: El justo aborrece la mentira. (Proverbios 13:5).

La Biblia nos dice que: Dios es verdad, Dios siempre dice la verdad, y por eso a Dios le agradan los niños y niñas que caminan diciendo la verdad. A esos niños Dios los mira como justos. Y, cuando Dios mira a una persona como justa, le prepara una casita en el cielo.

¿Para qué le prepara Dios una casita en el cielo a los niños que no dicen mentira? Para que cuando mueran, se vayan a vivir con él al cielo. Porque esa es nuestra verdadera casa.

Instruye al niño en su camino.

El Libro de los Proverbios en el capítulo 22 y verso 6 nos dice: "Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él".

La palabra instruir significa enseñar.

Y Dios aconseja a los padres y a las madres que tienen niños a que los " instruyan o enseñen" en su Palabra. Así como a un niño se le enseña a leer, y se le enseña a escribir, para que la vida se le haga más fácil; así Dios desea que TODOS los niños sean instruidos o enseñados en su Palabra para que sean niños y niñas buenos.

Para poder leer y escribir bien, un niño tiene que practicarlo todos los días. Así también para poder conocer la Palabra de Dios, los padres deben leer la Biblia todos los días con sus hijos, y así, como a un niño NUNCA se olvida leer y escribir, NUNCA se le olvidá la Palabra de Dios.

Dios AMA a los niños.

Jesús dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis" (Mateo 19:14).

¿Qué significan éstas palabras de Jesús?

Significan que Jesús NUNCA ha rechazado a ningún niño sino que los ama a todos. Y, a lo mejor algún niño se pregunta: ¿Y si Jesús ama a los niños, por qué hay tantos niños que no tienen papá, que no tienen mamá, que no tienen qué comer, por qué no tienen ropa?

La respuesta la da el mismo Jesús en la segunda parte de éste mismo verso de Mateo 19:14: Porque de ellos es el Reino de los Cielos. TODOS los niños del mundo, están destinados por Dios a estar con él en el Cielo, y allí, no les faltará papá, ni mamá, ni comida, ni vestido, ni mucho menos amor.