martes, 27 de septiembre de 2011

Señor, sálvame.

El tiempo no era bueno en el mar, los pescadores estaban tratando de ganarse unos centavos con su profesión de pescadores; pero de pronto ven una silueta en medio de la neblina y piensan que es un fantasma.

Ante esto, el Señor Jesús quien venía caminando sobre el agua, les dice: "No temáis que soy yo". Pedro le pide al Señor caminar sobre el agua como él, el Señor se lo permite pero se cuando Pedro duda, se hunde. Entonces dice lo que todos debemos decir cuando tenemos necesidad: "Señor, sálvame", el Señor extendió su mano y lo salvó.

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