domingo, 23 de enero de 2011

Jesús también era profeta.

Cuando se iba a ceñebrar la última Pascua durante la vida de Jesús, vino Jesús y les dijo a dos de sus discípulos: "Vayan a la ciudad, y encontrarán un pollino (un burrito), traédmelo, y si alguien les pregunta por qué, respondan: El Maestro lo necesita y pronto lo devolverá" (Lucas 19:28-30).

Los discípulos "obedecieron" a Jesús y cuando entraron en la ciudad, encontraron el burrito como él les dijo; y una persona les preguntó que para qué lo querían, como él les dijo; y ellos respondieron que el Maestro lo necesitaba y que luego lo devolvería, como él les dijo.

Un profeta de Dios, o, un profeta verdadero es aquél que cuando dice algo en el nombre de Dios, eso que él dice, se cumple. Por eso decimos que Jesús era profeta de Dios.

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