jueves, 20 de enero de 2011

No menospreciemos a nadie.

Dice la escritura en Lucas capítulo 18 y versos 9-14, que dos personas subieron al altar del templo a orar, pero uno se sentía superior al otro porque oraba, ayunaba, no decía mentiras, ni era ladrón. Y el otro, solamente se paró frente al altar y no se atrevía ni siquiera a levantar sus ojos por temor y respeto a Dios, sabiendo que había pecado.

Jesús les dijo a sus amigos, me agrada más el que bajó los ojos porque fue humilde.

La lección que nos deja ésta escritura es que: Nosotros sólo porque amamos y seguimos a Dios no debemos sentirnos MEJORES que los demás, sino tener misericordia de ellos para que algún día, ellos también conozcan a Dios.

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