Ya hemos dicho en otras ocasiones que "orar" es "hablar" con Dios. Dios es nuestro Padre celestial. ¿Cómo hablamos nosotros con nuestros padres terrenales? De persona a persona, con preguntas y respuestas, con una conversación dinámica (o sea de ida y vuelta). No somos repetitivos.
Por ejemplo, nosotros no le decimos a nuestro padre. quiero un cuaderno, quiero un cuaderno, quiero un cuaderno. Le decimos: quiero un cuaderno. El pregunta ¿para qué?. Uno responde, para matemáticas. El pregunta, de cuadrícula ¿grande o pequeña?. Uno responde pequeña. Etc. No es una conversación repetitiva.
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