En el libro de Colosenses en Pablo nos enseña una lección bien preciosa: "Todo lo que hagáis, hacerlo como para el Señor y no como para los hombres" (Colosenses 3:23).
Las obras que hagamos no las hagamos pensando o creyendo que las estamos haciendo para un hombre o una mujer, hagamos de caso que es a Jesús a quien servimos, y esa actitud, nos hará hacer todo con excelencia. Eso agradará mucho el corazón de Dios.
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