En muchas oportunidades no entendemos por qué no suceden algunos eventos, o, por qué sí suceden aunque no nos agraden. Tenemos qué entender que el creador del mundo, del hombre, y de todo lo que existe sobre el mundo, es Dios. Por lo tanto El es el dueño. Y el dueño de algo hace lo que desee con ese algo.
Por ejemplo, cómo es posible que los animalitos hayan entrado de buena voluntad al Arca de Noé, siendo que eran salvajes. Porque Dios así lo dispuso. Cómo es posible que Lázaro resucitara, porque Dios así lo dispuso. Cómo es posible que un niño pequeño pierda algo o a alguien muy querido, porque Dios así lo dispuso. Por ello es importante orar todos los días, para que cuando algo suceda, Dios nos explique el porqué decidió hacer lo que hizo. Noé por eso supo lo de los animalitos, y Jesús por eso supo lo de Lázaro.
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