miércoles, 13 de julio de 2011

No esperemos hasta que...

Durante muchos años hemos podido ver que cuando hay alguna pena, alguna tragedia, o alguna enfermedad grave en la familia, entonces todos nos volcamos a orar, a leer la bilbia, a buscar a Dios, y a buscar a las personas que se supone nos pueden ayudar a estar cerca de Dios. A Dios le agrada eso, pero le agrada más que lo hagamos sin que esas condiciones estén de por medio.

¿Cómo nos sentiríamos nosotros si una persona nos busca solamente cuando tiene problemas? ¿No nos sentiríamos utilizados o que se están aprovechando de nosotros si sólo nos piden ayuda, y ayuda, y ayuda, pero nunca nos dan las gracias, o un lugar especial? No esperemos a tener una pena, una tragedia, o algo grave para buscar a Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario