Como vimos ayer, Jerusalén es una ciudad situada en una meseta de la cordillera central de Israel. Fue y es la capital del reino, y allí, han sucedido acontecimientos muy importantes. Por ejemplo, cuando Dios eligió a Abraham para formar un pueblo escogido para él, le dio leyes y normas que se debían cumplir estrictamente.
Una de esas normas era que nadie tomara para sí mujeres y hombres gentiles para formar un hogar. Esta ley la fueron rompiendo durante algunos siglos, pero fue en Jerusalén en donde Dios le dijo a Esdras (capítulos 10-11) que todo aquél, que hubiese tomado mujer u hombre gentil debía sacarlos de la ciudad junto con los hijos que hubieren tenido con ellos, y formaran nuevos matrimonios sólo entre judíos, y ya santificados.
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