Todos cometemos errores y lamentablemente, cada vez que cometemos uno tenemos que pagar las consecuencias. Cuando uno rompe algo, debe reponerlo. No sólo es decir: pido perdón, lo hice sin querer. ¡Hay que restituirlo!
Cuando nosotros pecamos, cometemos un error. Y no sólo es cuestión de decirle a Dios: perdón. Tenemos que restituir nuestra relación con él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario