Debido a los afanes en los que nos vemos envueltos cada día, es difícil ya, encontrar a las personas con una sonrisa en el rostro. Muchos son los que salen peleando de su casa, que pelean en el tráfico, que pelean en el trabajo.
Los que tenemos a Dios en nuestro corazón tenemos que tener una sonrisa en el rostro. Tenemos con nosotros más que el dinero, más que casas y carros y cualquier otro placer... tenemos a JESUS en nuestro corazón y viviendo TODOS los días con nosotros.
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