jueves, 8 de marzo de 2012

Tiempo y calidad.

Ayer estabamos afanados en el trabajo cuando el teléfono sonó. Era uno de nuestros nietos, que nos preguntó: ¿Estás ocupado? Sí estábamos ocupados, pero se le respondió que hablara. Entonces él a su vez respondió: "Es que si estás ocupado hablo poco". Eso nos hizo dejar por un lado el trabajo y dedicarle TODO el tiempo que él requirió.

Luego de haberle dedicado tiempo al nieto, vino a nuestra mente lo siguiente: ¿Y si nosotros le preguntáramos con esa inocencia a Dios, Señor, estás ocupado? Ya sólo la pregunta nos quebrantó, pues sabíamos la respuesta... Dios Padre dejará TODO y nos dedicará el tiempo que requiramos.

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