miércoles, 14 de marzo de 2012

El tiempo.

Una de las situaciones que más agrada el corazón del Señor es aprovechar bien el tiempo. El tiempo que pasa no lo podemos regresar. El tiempo perdido no se puede recuperar.

Imaginemos qué hubiera sucedido si Jesús, quien tenía sólo 3 años y medio para predicar el evangelio, se hubiera ido a la playa a asoliarse dos años. El misterio de la redención del hombre, no se hubiera consumado; muchos enfermos, no se hubieran sanado; muchos pecadores, no se hubieran convertido; y muchos muertos, no hubieran resucitado.

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