Si queremos agradar a Dios, hemos de hacer lo que él nos pide, pero pronto. Dios no desea tener en reino alguien que haga su propia voluntad, o aún que haga la voluntad de él pero fuera de tiempo.
Si Moisés no hubiera sacado al pueblo el día que Dios dijo, el pueblo nunca hubiera salido de Egipto; si Josué no hubiera atacado Jericó el día que Dios dijo, Jericó nunca hubiera caído; si Jesús no hubiera entregado su vida el día que Dios le dijo, nosotros nunca hubiéramos sido salvos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario