miércoles, 23 de mayo de 2012

Calidad, no cantidad.

Dios no está esperando abarrotar (o llenar) el cielo de personas, él prefiere poca gente pero gente de calidad. Cuando nosotros estudiamos la historia del pueblo de Dios, veremos que nunca, ese pueblo fue abundante. Al contrario, siempre Dios se quedó con pocos, pero de esos pocos todos eran buenos.

Dios desea que seamos cristianos comprometidos, no del montón. Para lograr eso, es necesario que lo busquemos todos los días  y en todo momento. Eso nos hará de calidad, como él es; buscar el mundo nos hará de cantidad, como es el mundo.

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