viernes, 11 de mayo de 2012

El poder de Dios, no es fuerza.

Cuando decimos que Dios tiene poder, no estamos diciendo que Dios es el ser más fuerte sobre la faz de la tierra y que por eso es que nos manda. No, cuando decimos que Dios es y tiene poder, es porque él nos convence de su autoridad, de su posición, de que él es el dueño de todo y de todos.

Si Dios quisiera demostrar su poder podría destruir el mundo o construir otro con un tronar de dedos. Miremos con qué facilidad un terremoto, enviado por Dios, destruye una ciudad; o cómo, un sunami también enviado por Dios, destruye muchos pueblos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario