Qué es la muerte.

Todos tememos a la muerte, pues hemos visto a nuestras mascotas cuando mueren, son cuerpos sin movimientos, sin sentimientos, sin voluntad. En eso se convierte también el cuerpo del ser humano cuando muere.

Sin embargo, nos dice la escritura que cuando el ser humano muere pero está en paz con Dios, Dios se lo lleva con él para siempre. Nosotros creemos esa palabra de Dios. Por ello, es que aun cuando nos duela no volver a ver a un ser querido, sabemos que le veremos en la presencia de Dios.

Rectitud.

Todos sabemos lo que es una línea recta. Según nos enseñaron en la escuela: la línea recta es el punto más corto entre dos distancias. En lo espiritual es igual, la forma más fácil y rápida de llegar a Dios es caminar recto, o sea, con rectitud.

Caminar con Dios.

¿Qué significa caminar con Dios? Significa que Dios bajará del cielo y nos tomará de la mano para que no nos suceda nada, no. Caminar con Dios es que cada día, todo lo que hagamos lo hagamos pensando en que Dios nos ve, nos oye, nos vigila, nos cuida, nos protege.

Por ello es que debemos desde la mañana encomendarnos a su mano, para que él realmente mire que queremos agradarlo.

Idolatría.

Idolatría es adorar dioses, y es un pecado que Dios aborrece mucho. Dios es bueno y misericordioso con todos nosotros, y a cambio de eso lo único que quiere es ser él el centro de nuestra vida.

Si hemos de amar, si hemos de seguir, si hemos de buscar a alguien... ese tiene que ser Dios. Eso es lo que él desea de su gente. Y nosotros somos su gente desde el momento en que confesamos que él es nuestro Dios y único salvador.

El error.

Todos cometemos errores y lamentablemente, cada vez que cometemos uno tenemos que pagar las consecuencias. Cuando uno rompe algo, debe reponerlo. No sólo es decir: pido perdón, lo hice sin querer. ¡Hay que restituirlo!

Cuando nosotros pecamos, cometemos un error. Y no sólo es cuestión de decirle a Dios: perdón. Tenemos que restituir nuestra relación con él.

Destruidos.

Dice la Palabra de Dios que su pueblo es destruido porque le falta conocimiento. El conocimiento es lo que nos hace que tengamos algo y nos dure. Cuando compramos un aparato eléctrico, lo primero que nos dicen es: Lea las instrucciones, pues sino pierde la garantía por mal uso.

Lo mismo nos sucede en lo espiritual, si no conocemos qué es lo que Dios quiere para el hombre, echaremos a perder nuestra vida espiritual.

Una sonrisa.

Debido a los afanes en los que nos vemos envueltos cada día, es difícil ya, encontrar a las personas con una sonrisa en el rostro. Muchos son los que salen peleando de su casa, que pelean en el tráfico, que pelean en el trabajo.

Los que tenemos a Dios en nuestro corazón tenemos que tener una sonrisa en el rostro. Tenemos con nosotros más que el dinero, más que casas y carros y cualquier otro placer... tenemos a JESUS en nuestro corazón y viviendo TODOS los días con nosotros.

¡Dale duro! ¡Dale duro!

Cuando nos invitan a una fiesta de cumpleaños, en latinoamérica generalmente, hay una piñata. Los anfitriones de la fiesta deciden pasar a todos los niños a que la golpéen para romperla y que los dulces caigan.

Para que la piñata se rompa hay que pegarle duro, y esas son las expresiones que escuchamos en sonora unidad. En la caminata cristiana hemos de pegar duro si queremos que los dulces lleguen. Nada es gratis en éste mundo y menos en el espiritual.

El primer paso.

Alguien preguntó: ¿Cómo se inicia una caminata de mil kilómetros? Y la respuesta que dió él mismo fue: "dándo el primer paso". Sí, nunca iremos a ningún lado si no iniciamos a hacer algo.

Un mueble nunca estará terminado, si el carpintero nunca va y compra la madera; un auto nunca estará frabicado, si el constructor no hace primero el diseño; una vida espiritual nunca será salva, si primero no busca a Dios.

Buscar a Dios.

¿Qué significa buscar a Dios? ¿Será acaso que Dios se nos pierde? No. Somos nosotros los que nos perdemos todos los días y a cada momento, cuando en el afán del día nos olvidamos que Dios nos observa, que Dios nos cuida, que Dios quiere tener compañerismo con nosotros.

Cuando decimos buscar a Dios entonces, no es por otra razón que por explicar de alguna manera que queremos estar con él.

Pronto.

Si queremos agradar a Dios, hemos de hacer lo que él nos pide, pero pronto. Dios no desea tener en reino alguien que haga su propia voluntad, o aún que haga la voluntad de él pero fuera de tiempo.

Si Moisés no hubiera sacado al pueblo el día que Dios dijo, el pueblo nunca hubiera salido de Egipto; si Josué no hubiera atacado Jericó el día que Dios dijo, Jericó nunca hubiera caído; si Jesús no hubiera entregado su vida el día que Dios le dijo, nosotros nunca hubiéramos sido salvos.

Oír de Dios.

Muchas personas dicen: "El Señor me dijo..." Pero después de que hacen lo que "Dios les dijo" vemos que el resultado no es bueno. Por lo tanto comprobamos que no fue Dios quien les dijo.

Cuando Dios habla a alguien para que haga algo. Ese hecho no trae consecuencias consigo. Sino que el resultado es bueno siempre. Esa es la mejor manera de saber si realmente Dios nos dijo.

Las fiestas.

Cómo se alegra uno cuando viene su cumpleaños, se piensa en los amigos, en los dulces, en la piñata, los helados, todo pensamiento va encaminado al día de la fiesta.

Dios quiere que cada día de la semana sea para nosotros con él, una fiesta. Qué mejor fiesta que estar guardados por el Señor todos los días, caminar con él, platicar con él, que él sea quien nos guarde, quien nos guíe, quien nos aconseje.

Escuchar.

Muchas veces nuestros padres o maestros nos llaman la atención porque no hicimos algo bien. ¿Cuál fue la razón? No escuchamos bien. Por ello es que en ocasiones después de que nos dieron una orden, ellos preguntan ¿escuchaste bien?

Es importante escuchar bien lo que Dios nos dice, para que cuando hagamos lo que nos mandó, lo hagamos conforme a su voluntad y no la nuestra. Así lo agradamos.

El tiempo.

Una de las situaciones que más agrada el corazón del Señor es aprovechar bien el tiempo. El tiempo que pasa no lo podemos regresar. El tiempo perdido no se puede recuperar.

Imaginemos qué hubiera sucedido si Jesús, quien tenía sólo 3 años y medio para predicar el evangelio, se hubiera ido a la playa a asoliarse dos años. El misterio de la redención del hombre, no se hubiera consumado; muchos enfermos, no se hubieran sanado; muchos pecadores, no se hubieran convertido; y muchos muertos, no hubieran resucitado.

¿A dónde iremos?

Cierto día el Señor Jesús les preguntó a sus discípulos si se querían regresar a donde vinieron. Los discípulos respondieron: Señor, ¿a dónde iremos?.

Después de degustar la presencia de Dios, no hay NADA en éste mundo que nos llene el corazón tanto, como la nos lo llena Dios. Ya no queremos ira a otro lado.

Una sonrisa.

Cómo alegra el rostro de una persona cuando sonríe. Por eso los niños son tan lindos porque siempre van con una sonrisa en los labios. Quizás por ello fue que Jesús dijo que si no nos hacíamos como niños: NO ENTRARIAMOS AL REINO DE LOS CIELOS.

El cielo es de y para los niños. Y uno puede ser niño a cualquier edad. Un juguete nos distrae a niños y a ancianos; una sonrisa hace tanto bien a un niño como a un anciano. Cuando miremos a alguien démosle una sonrisa.

¿Espirituales o carnales?

Todos los hombres vivimos, por lo material o por lo espiritual. Una persona vive por lo material cuando no piensa en Dios. Sino cuando todo lo que hace lo hace para agradarse asímismo.

Y una persona vive por lo espiritual, cuando a pesar de que tiene que comer, tiene que vestirse, tiene que estudiar o trabajar, todo lo que hace, lo hace pensando en Dios, y con el afán de agradarlo a él.

Sígueme..

En una ocasión había un hombre publicano, de esos hombres que siendo judíos trabajaban para el gobierno romano cobrandoles los impuestos a sus propios hermanos judíos. Dichos hombres no eran muy queridos porque no sólo trabajaban para el gobierno, sino que era un gobierno ajeno, sino también lo hacían con prepotencia.

Un día pasó Jesús frente a uno de ellos y le dijo: Sígueme. Y el hombre dejó todo lo que estaba a su cargo y lo siguió. Ese hombre se llamaba Mateo, quien llegó a ser un gran apóstol y hasta escribió uno de los evangelios.

Tiempo y calidad.

Ayer estabamos afanados en el trabajo cuando el teléfono sonó. Era uno de nuestros nietos, que nos preguntó: ¿Estás ocupado? Sí estábamos ocupados, pero se le respondió que hablara. Entonces él a su vez respondió: "Es que si estás ocupado hablo poco". Eso nos hizo dejar por un lado el trabajo y dedicarle TODO el tiempo que él requirió.

Luego de haberle dedicado tiempo al nieto, vino a nuestra mente lo siguiente: ¿Y si nosotros le preguntáramos con esa inocencia a Dios, Señor, estás ocupado? Ya sólo la pregunta nos quebrantó, pues sabíamos la respuesta... Dios Padre dejará TODO y nos dedicará el tiempo que requiramos.

Vivos y muertos.

Cuando nosotros vemos venir a una persona caminando, pensamos que está viva. Si la vemos metida en un cajón en una funeraria, pensamos que está muerta.

Jesús dijo, que quienes lo recibimos a él en nuestro corazón estamos vivos. Los que no lo reciben están muertos. Así que, muchos que vemos caminanando están muertos espiritualmente; y muchos de los que vemos en una funeraria metidos en un cajón están vivos para Dios.

Compartir.

Compratir significa dar de lo que tenemos. No es necesario que demos todo lo que poseemos, dar una parte para solucionar la pena de otro, agrada a Dios como si lo diéramos todo.

En una parte de la escritura dice: "El que robaba, ya no robe más, sino trabaje para cubrir sus necesidades, y poder DAR a los necesitados". Efesios 4:28.

¿Qué es el pecado?

El pecado es una ruptura. Una ruptura con Dios. Estamos unidos con Dios media vez no pequemos. El pecado es lo que nos separa de Dios y lo que nos hace perder su amistad.

Cuando queremos ser amigos de alguien, hacemos lo que a ese alguien le gusta. Pues para ser amigos de Dios no debemos de pecar, pues eso nos aleja de él.

Un abrazo.

El estado de ánimo de las personas no siempre está para platicar, pero por muy alejado o por muy en silencio que alguien quiera estar, le podemos hacer compañía ayudarlo.

No siempre las palabras lo dicen todo, en ocasiones es mejor saludar de manos, dar una palmadita en la espalda, dar un abrazo, o simplemente, estar allí. Un abrazo en determinados momentos da fuerza, ánimo, valor y hasta consuelo.

Gozosos.

Pablo les dice a los creyentes de Tesaloníca cuando se despide en su carta: ESTAD SIEMPRE GOZOSOS.

¿Y cómo no hemos de estar contentos los que tenemos a Cristo en nuestro corazón?Tener a Cristo en nuestro corazón es como vivir de fiesta, pues tenemos lo mejor que un hombre puede tener, esto es, al Rey de Reyes viviendo con nosotros. Y ¿cuándo hemos visto a alguien triste en una fiesta?