La desobediencia es mala porque siempre trae consecuencias muy duras para quien la practica. Lo primero que Dios le dijo al pueblo de Israel en Deuteronomio cuando le iba a dar las leyes de vida fue: "Escucha, oh, Israel mi voz".
Escuchar la voz de Dios, escuchar la voz de los padres, escuchar la voz de los abuelos y de los maestros, es lo mejor que puede hacer un niño, para que cuando llegue a adulto sea una persona de bien.
Cada vez que desobedecemos a Dios, a nuestros padres, o a nuestros superiores, lo más seguro es que algo malo nos pueda suceder, porque lo que ellos le dicen a los niños es para protegerlos y evitar que se lastimen.
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