martes, 1 de marzo de 2011

No nos olvidemos de dar gracias a Dios.

Nos cuentan los estudiosos que las experiencias de las personas los primeros cinco o diez años de su vida, son las que lo forman para toda la vida. Por ello, una vida en familia es lo más adecuado para que un niño, cuando crezca, sea una persona de bien.

La familia es la bendición más grande que Dios le puede regalar a un niño, por ello debemos estar agradecidos los mayores, por el hecho de que Dios nos haya regalado hijos y nietos. Y los niños, agradecidos con Dios porque les haya regalado padres y abuelos amorosos.

Orar todos los días juntos, al levantarnos, a la hora de las comidas, y al acostarnos, dice la biblia que nos traerá paz, unión, y felicidad. Salmo 4:8.

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