miércoles, 9 de marzo de 2011

No temeré mal alguno.

David, en tiempos de angustia escribió uno de los salmos que más se lee, se predica, y se estudia alrededor del mundo por todos los creyentes, el Salmo 23.

En uno de sus pasajes dice: "No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo". Así como un niño se siente seguro cuando está su papá cerca; así como un niño de pecho duerme seguro cuando la madre lo carga, así debemos de sentirnos nosotros porque estamos con Dios y Dios está con nosotros.

Nada nos puede pasar de malo si nos encomendamos a Dios todos los días. Eso no quiere decir que no nos vamos a enfermar, que no tendremos problemas, que no pueda pasarnos algo desagradable, pero sí significa que Dios estará con nosotros en la pena y seremos consolados.

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