sábado, 16 de abril de 2011

El que guarda su boca, guarda su alma.

Las personas que no saben controlar sus palabras se meten en muchos problemas, pero las que sí lo hacen viven tranquilas.

Cuando nosotros miramos en la televisión o en los diarios a las personas que la policía toma presos, los vemos que hablan mucho para defenderse, que hacen muecas o ademanes con las manos, que se defiénden a sí mismas, etc. pero las vemos en problemas.

Eso, por no saber controlar sus bocas. Dios quiere que sus hijos (nosotros) sí controlemos nuestras palabras, así, nos meteremos en "menos" problemas que otras personas. Por ello el Proverbio nos dice: "El que guarda su boca, guarda su alma".

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