miércoles, 13 de abril de 2011

Un niño con Dios y uno sin Dios.

Hay una gran diferencia entre un niño que tiene en su corazón a Dios, y uno que no lo tiene.

Un niño que tiene a Dios en su corazón, cuando sea grande llega a ser un hombre bueno, honesto, y que hace el bien a los demás. Un niño sin Dios en su corazón, cuando sea grande es un perverso que hace daño a los demás por el egoísmo de estar bien él.

Todos los niños del Antiguo Testamento que tenían a Dios en su corazón, llegaron a ser grandes hombres de fe, Abraham, Isaac, Jacob, Noé, David, Salomón, Saúl, etc. Tratemos de imitarlos.

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