jueves, 14 de abril de 2011

El tiempo.

Las agujas del reloj pasan sin detenerse nunca. El minuto que perdimos ayer, NUNCA lo recuperaremos. La hora que no aprovechamos la semana pasada, NUNCA la volveremos a tener disponible para hacer algo.

Dios quiere que sus hijos, los que somos parte de su pueblo, aprovechemos el tiempo. Una de las características del ser humano es el hecho de que hoy, es o debiera de ser, mejor que ayer. Los animalitos son los mismos hoy que lo que fueron ayer. Pero los seres humanos no debemos ser así.

Y, la única forma que tenemos para no desperdiciar el tiempo es, tener a Jesús en nuestros corazones, y obedecerlo en lo que nos enseñe que le agrada a Dios que hagamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario