viernes, 24 de junio de 2011

El es nuestro Consolador.

Cuando nos sucede algo que nosotros creemos que es grave, lo que más queremos es que alguien que nos ame, nos busque y nos consuele. Consolar quiere decir que necesitamos una caricia, que estén con nosotros a nuestro lado, que nos atiendan, que nos digan palabras que nos alivien la pena, etc.

Cuando estamos pequeñitos esos consoladores son nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros parientes más cercanos, precisamente porque son quienes están más cerca de nosotros y ya tienen una relación con Dios, pero cuando ya vamos creciendo y tomando conciencia, entonces debemos también nosotros buscar el consuelo directo de Dios. Y eso solamente se logra si lo buscamos cada día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario