miércoles, 15 de junio de 2011

Las apariencias.

En la vida, especialmente cuando llegamos a mayores, nos acostumbramos a juzgar a las personas, o, a tomar una opinión sobre ellas debido a su apariencia. Esto no le agrada a Dios, y nos puede traer grandes sorpresas.

Muchas veces creemos que alguien que se ve una persona muy sencilla, es una persona a la cual no debemos tomar en cuenta. Que solamente a aquellas que se ven bien vestidas, o en buenos lugares, son dignas de nuestro respeto y admiración. No es eso lo que la vida nos enseña y lo que Dios quiere que tengamos en cuenta. El mismo vino a éste mundo de una forma sencilla, y esa, fue la razón por la que muchos lo recharazon y lo rechazan hoy en día.

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