miércoles, 22 de junio de 2011

No juguemos con Dios.

La vida es más dura de lo que nosotros pensamos cuando niños, aún y cuando para muchos niños la vida ya es dura, pues no tienen una familia, no tienen padres, no tienen recursos, no estudian, tienen que trabajar, etc.

Pero, en términos generales la vida de una persona es más fácil cuando es niño. Es por ello que se tiene más tiempo para jugar, y eso es de darle gracias a Dios, pero, lo que no debemos permitir es que nuestro corazón quiera jugar también con Dios. Esto es, aprender a pedirle cuando queremos algo, pero olvidarnos de él cuando ya nos lo concedió. No jugar con Dios significa buscarlo todos los días, aún y cuándo, no tengamos una necesidad.

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