sábado, 16 de junio de 2012

Cuando Dios nos diga.

Es muy común que cuando conocemos al Señor querramos compartirlo con todos. Pero un buen hijo de Dios (como lo fue Jesús), espera que Dios le diga cuándo predicar, en dónde predicar, y especialmente a quién predicarle.

No se trata de salir al parque con un micrófono y señalar a todos de que se van a ir al infierno si no se arrepienten. Uno tiene que recibir las órdenes directas de Dios para saber hacer esa misión.

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