lunes, 4 de junio de 2012

Lo que agrada a Dios.

Cuando Dios se refiere a su pueblo en la escrituras, lo primero que le pide en el sentido positivo, o, lo primero que le reclama en sentido negativo es: Oh, pueblo mío... escucha hoy mi vos. Si hay algo con lo que podemos agradar o desagradar a Dios es con escucharlo o con no escucharlo cuando nos habla.

Y luego, el segundo paso es obedecer a lo que nos pide y cómo nos lo pide. El ejemplo perfecto lo vemos cuando nuestros padres nos dan una orden, en la manera que hagamos lo que nos piden así será el momento de agrado o desagrado con que nos hablen. Lo mismo sucede con Dios.

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